La deforestación o tala de árboles es un proceso provocado
generalmente por la acción humana, en el que se destruye la superficie
forestal.1 2 Está directamente causada por la acción del hombre sobre la
naturaleza, principalmente debido a las talas o quemas realizadas por la
industria maderera, así como por la obtención de suelo para la agricultura,
minería y ganadería.
Talar árboles sin una eficiente reforestación resulta en un
serio daño al hábitat, en pérdida de biodiversidad y en aridez. Tiene un
impacto adverso en la fijación de dióxido de carbono (CO2). Las regiones
deforestadas tienden a una erosión del suelo y frecuentemente se degradan a
tierras no productivas.
Entre los factores que llevan a la deforestación en gran
escala se cuentan: el descuido e ignorancia del valor intrínseco, la falta de
valor atribuido, el manejo poco responsable de la forestación y leyes medioambientales
deficientes.
En muchos países la deforestación causa extinción de
especies, cambios en las condiciones climáticas, desertificación y
desplazamiento de poblaciones indígenas.
En la actualidad:
Deforestación de un bosque tropical en el este de Bolivia
provocada por el desarrollo de un proyecto agrícola para cultivar soja. Cada
forma circular estrellada es una zona agrícola deforestada y en su centro hay
una pequeña población distanciadas 5 km unas de otras, apreciándose las
carreteras que las unen. La fotografía fue tomada por los astronautas de la
Estación Espacial Internacional en 2001.6
En el presente, la deforestación ocurre principalmente, en
América Latina, África Occidental y algunas regiones de Asia.
Una tercera parte del total de la tierra está cubierta por
bosques, lo que representa cerca de 4 000 000 000 (cuatro mil millones) de
hectáreas. Hay 10 países que concentran dos tercios de este patrimonio
forestal: Australia, Brasil, Canadá, China, la República Democrática del Congo,
India, Indonesia, Perú, la Federación Rusa y los EE. UU.7 Estos han sido
explotados desde hace años para la obtención de madera, frutos, sustancias
producidas por diferentes especies o para asentamientos de población humana,
ganadería y agricultura.
América latina y el Caribe.
Esta región contiene el 22% de la superficie forestal
mundial. En ella se encuentra la mayor masa continua de bosque pluvial tropical
del mundo: la cuenca del Amazona.
En los últimos dos decenios, algunos países han concedido la
propiedad legal de los bosques a las comunidades indígenas, por ejemplo, Perú,
6400 millones de hectáreas; Bolivia, 1200 millones de hectáreas; Brasil,10300
millones de hectáreas; Colombia, 27 millones de hectáreas; Ecuador,4,5 millones
de hectáreas y Guyana, 1,4 millones de hectáreas de tierra, comprendidos los
bosques. Si bien la propiedad confiere a las comunidades derechos firmes de uso
sostenible de los recursos forestales, los conflictos sobre la propiedad, en
ocasiones violentos, y la falta de aplicación de las normas y los reglamentos
han permitido la ocupación y la explotación maderera ilegales en extensas áreas
de estos bosques.
Entre 2000 y 2010, esta región perdió casi 64 millones de
hectáreas, un 7 %, de su superficie forestal. Más de una tercera parte de la
deforestación mundial entre 2000 y 2010 tuvo lugar en esta región.
EL MAR DE ARAL:
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